COMPARTIMOS EL VOLANTE DISTRIBUIDO EL 5 DE ABRIL EN LA MOVILIZACIÓN NACIONAL CONTRA LA CANDIDATURA DE KEIKO FUJIMORI, ES UN TRABAJO CONJUNTO CON EL GRUPO FACCIÓN DIVERGENTE.
NO A KEIKO ¿ES SUFICIENTE?
No se requiere de mucho esfuerzo para recordar todo lo que significó el golpe del 5 de abril de 1992, cuando “disolver” implicó la restricción de las libertades, la imposición de la flexibilización laboral y la proscripción de toda oposición a los designios del gran capital, todo fue válido para atraer a la inversión privada.
Hay que recordar que Fujimori llegó al poder de la mano de la izquierda de entonces que en segunda vuelta avaló su candidatura como una opción frente a Vargas Llosa que proponía todo lo que después Fujimori ejecuto, medidas que eran necesarias para reactivar la economía capitalista, lo que nos hace ver que no importa a quien se elija en las urnas, por las buenas o por las malas, la voluntad del capital se impone, en el 1992 fue por las malas, con todo el sufrimiento que implico para muchos trabajadores, que ya padecían los problemas de los 80’s, terrorismo, inflación, colas, desempleo, etc.etc.
Ahora, reivindicando el legado de su padre, la hija del ex dictador Fujimori pretende acceder a la presidencia enarbolando las banderas del gobierno de Fujimori de forma abierta, el Estado Liberal que promueve la inversión privada y que como forma de expiar sus culpas, así como la explotación y abusos que se cometen en las empresas, se preocupará por los más pobres con programas sociales y toda la cháchara inclusiva a la que nos tienen acostumbrados no sólo la derecha sino la izquierda tradicional.
¿Pero será posible que cumpla con sus promesas?
La respuesta es no, el contexto actual ya reconocido por todos los partidos y clubes electorales de derecha y de izquierda es de una desaceleración económica, que al igual que todos los escenarios donde ya se sufre la crisis económica, la salida del capital es el ajuste a las condiciones de vida de los trabajadores, y los candidatos que tenemos en estas elecciones así lo demuestran, basta leer sus planes de gobierno para percatarnos que Keiko y PPK reflejan lo que quiere el capital, la imposición de regímenes laborales precarios como la Ley Pulpín, y que de seguro en esas tiendas políticas hay quienes sean más ingeniosos que puedan imaginar reformas que restrinjan los míseros “beneficios” de los trabajadores, todo con tal de satisfacer las ansias de ganancia y atraer la inversión privada, el sacrosanto capital al que según ellos debemos rendir culto porque en su virtud podemos vivir, cuando es nuestro trabajo el que genera la riqueza.
Por el lado de la izquierda, el escenario no cambia, ni siquiera es posible diferenciarlos, ¿Qué diferencia a la izquierdista Veronika Mendoza del ex-aprista Barnechea? ambos ofreciendo cambios que denominan profundos, asumen que la política es independiente del movimiento económico, ofrecen subsidios, medidas para reactivar la economía fomentando más inversión pública, endeudando al Estado, con créditos cuyos intereses no serán pagados precisamente por quienes asuman esas deudas, sino, como ya viene sucediendo en diferentes países, serán pagados por quienes generamos la riqueza día a día por un salario, acrecentando el poder que nos oprime; lo que nos ofrecen es un Estado de Bienestar que no puede ser realidad en un contexto de desaceleración económica, y en sus planes de gobierno lo único que se encuentra en relación a los trabajadores asalariados es sólo un anuncio de aumento de salarios reconociendo en todo momento que lo que rige nuestras vidas, es el mercado y tenemos que someternos a él; lo que significa que de tener un escenario económico adverso, no dudará en aplicar las medidas promercado que dicen rechazar, al igual que lo hizo Syriza (Coalición de Izquierda Radical) en Grecia, o que está imponiendo el Partido Socialista en Francia, el Partido de los Trabajadores en Brasil, la socialista Bachelet en Chile, incluso Maduro en Venezuela y Cuba de los Castro, que llamándose “socialistas” hacen padecer sufrimientos a los trabajadores, demostrando que lo último que les importa es la voluntad de la mayoría.
Creer que mediante la emisión de nuestro voto se podrá lograr un gobierno que brinde mejores condiciones de vida para los asalariados, no es más que una ilusión, más si todas las opciones políticas garantizan la continuidad del modo capitalista, no hay amenaza de golpe, el gran capital no tiene ningún peligro antisistema, y en el contexto económico lo único que viene es o un ajuste democrático de derecha o un ajuste “popular” de izquierda.
Ante ese escenario ¿Cuál es la alternativa de los asalariados? Pues a la fecha ninguna, porque nadie hará por los trabajadores que no puedan hacer por sí mismos, para ello lo primero que tenemos que hacer es identificar nuestros interesante y sobre en base a ellos, organizarnos, por eso con todos decimos:
¡¡ NO A KEIKO!!
¡¡ ORGANIZACIÓN INDEPENDIENTE DE LOS TRABAJADORES!!
¡¡VIVA LOS TRABAJADORES!!
¡¡NUNCA MÁS 5 DE ABRIL!!
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