Apuntes sobre la situación actual
Como es de verse en estos días a cualquier persona que simplemente se le vea encabezando una movilización, que tan solo mencione justicia social o haga referencia a Rusia o China se le califica de socialista o comunista, mucho más si este esta decidido a tomar las armas e ir al monte, o invoca a Marx, Engels o alguno de los grandes teóricos del comunismo, también tenemos a los autoproclamados “marxistas” y que son los mismos que señalan la caducidad de la teoría marxista y formulan proyectos “nuevos” de acuerdo a nuestro tiempo, fruto de eso tenemos el llamado “socialismo del siglo XXI”, y son precisamente estos los que pregonan al populismo que arrasa de forma inusitada en el continente americano: Evo Morales en Bolivia, Chavez en Venezuela, Lula en Brasil, Correa en Ecuador, peronismo en Argentina, Bachellet en Chile, PRD en Mexico, etc., en aquellos lugares donde no existe partidos institucionalizados con influencia de masas tenemos a las ONGs, organizaciones de voluntarios asistenciales, movimientos nacionales, sociales, indigenistas, verdes, pacifistas, antiimperialistas, etc.
Y cual es el común denominador de todos, en cuanto a sus objetivos no son nada nuevo: “El carácter peculiar de la socialdemocracia se resume en el hecho de exigir instituciones democrático-republicanas, no para abolir a la par los dos extremos, capital y trabajo asalariado, sino para atenuar su antitesis y convertirla en armónica” (C. Marx, 18 brumario de Luis Bonaparte).
Esa es su esencia el reformismo tradicional que tan solo cambia de forma.
Estos movimientos que se precian en algunos casos de ser “revolucionarios”, junto a los neoliberales no son más que las dos caras de una misma moneda el capitalismo, siendo su más grande interés congelar el capitalismo o volver al pasado, porque “antes era mejor” ayudando con ello a los neoliberales que ven el camino libre para realizar las reformas que el capitalismo necesita, luego se encargan de protestar por reformas que si no se aplican hoy se aplicaran mañana.
Entre los autoproclamados “marxistas” tenemos al “antiimperialismo” como más grande expresión de lo revolucionario es así que casi todas las organizaciones “socialistas” –por no decir todas- identifican a imperialismo como principal causa de los problemas ya sea por activa o por pasiva de manera conciente o espontánea, pero al igual que los demás aportan a la continuación de este sistema, independientemente de la forma de lucha que adopten.
Estos movimientos y en esto hago más énfasis al antiimperialismo, defienden la propiedad privada y el derecho a la libre explotación específicamente a la que se realiza a pequeña y mediana escala, dentro de sus programas o consignas mencionan aumento de sueldos, nacionalización de empresas, convocatoria a Asamblea Constituyente, gravamenes a la circulación de capitales (Tasa Tobin), lo que solo significa limarle las uñas al capital, hacer que este continué sin sus efectos negativos, siendo por ello un fantasía, ciencia ficción en un mundo donde la acumulación del capital trasciende las fronteras que antes ayudo a crear. Esto no se puede evitar y si realmente se quiere terminar con esto, se debe extirpar de raíz al capital y toda su lógica.
Aquellos que ven la amenaza de la incursión de capitales más productivos en su coto de explotación o “estado-nación” por la libre circulación de capitales, se rebelan contra esta situación y pregonan la preservación de espacios precapitalistas o la vuelta al pasado ejidos en Mexico, ayllu en Perú, etc. Quienes piensan que pueden detener una guerra que el capital necesita por el simple hecho de manifestarse contra ella, o luchando contra algún aspecto negativo del capitalismo, se creen de forma equivocada “antisistema”.
Dentro de estas organizaciones en muchos casos autoproclamadas “revolucionarias” militan personas honestas, convencidas que con su labor están impulsando la historia hacia delante, lo que evidencia claramente la actual confusión ideológica que padece el movimiento proletario producto de entre otras cosas de la derrota que supuso la desintegración de URSS, a la que se identificaba como socialismo real, este es uno de los primero aspectos que debe afrontar todo aquel que este por un verdadero cambio de sistema para lograrlo es necesario propagar consignas que de verdad cuestionen el sistema de una forma efectiva ej: frente al intento de poner un control al libre flujo de capitales, la tasa Tobin, que en realidad fortalece el papel del Estado Burgués, lanzar la consigna control obrero de la producción, frente a la idea del presupuesto participativo, intentar hacer calar la consigna más cercana, posible y efectiva del control social de las cuentas de las empresas, ir donde se genera la riqueza, no como se reparte.
“Otro mundo es posible”, si pero solo por medio de la revolución socialista.
Antonio Santos
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