"Trabajadores del mundo, unanse, no tienen nada que perder excepto sus cadenas" ...Marx

26/8/11

Trascender


Esta fría y distante sociedad me recuerda a aquel atardecer cuando me encontraba a solas en los jardines otoñales de la reflexión filosófica, y sintiendo en lo más profundo de mí ser la triste y cruel melancolía histórica. Recuerdo  que era un atardecer taciturno, tan taciturno  como el silencio que guardan las masas explotadas y oprimidas contra el capital en todo el mundo. Recuerdo que esa tarde las hojas que se dejaban llevar por el viento  me decían: Que a veces, cuando volvemos la mirada hacia atrás no como el humano individual que solo existe en la mente abstracta y el corazón mezquino de cada uno, sino como parte de ese gran humano universal que todos conformamos y que tiene su existencia o mejor dicho que hace su existencia a lo largo de un tiempo suyo conocido como historia, nuestra historia, podemos ver  y distinguir en la lejanía de la realidad pasada, en aquel horizonte de hechos finitos y de ideas infinitas un bello ocaso rojo que añoraba y añora aún no solo ser acariciado sino también realizado por la libertad mas apasionada y pura de la humanidad que solo una racional y verdadera revolución puede tornarla efectiva.

Una vez Neruda en uno de sus aquellos eternos poemas de amor y libertad sintiendo a la reflexiva nostalgia exclamó a su amada y a si mismo: ¡Nosotros, los de entonces ya no seremos los mismos!, pero la verdad es que si bien es cierto que  nadie en el mundo será mañana lo que es hoy, puede tener sin embargo la plena convicción de que aquello que su espíritu ansía hoy con todas sus fuerzas no solo representará una posibilidad real  en el mañana del que ya representa hoy sino su inevitabilidad  misma, siempre y cuando  que las condiciones y factores objetivos para tal realización estén dadas como los están ahora, así mismo, siempre y cuando que su espíritu esté dispuesto al mismo tiempo de apoderarse en la praxis de tales condiciones, de hacerlas suyas y tornarse entonces por si mismo.

Pensadores y poetas han pasado por el mundo pero sus pensamientos y poesías han quedado impregnadas en las nuevas generaciones para siempre como las inacabables memorias históricas del proletariado en particular y de los trabajadores en general  que se han quedado y se quedan impregnadas en las masas adoloridas y pisoteadas en toda la faz de la tierra, así como en todos aquellos que sin saberlo intuyen la necesidad de luchar por un mejor destino para todos y en consecuencia por un mejor destino para si mismos porque es verdad innegable de la historia que no son los individuos que se renacen a si mismos sino la sociedad a través de éstos, y el renacer de la sociedad o de su actualización a si misma no se lleva acabo solo por unos pocos ni por unos muchos  sino primordialmente por unos cuales, unos cuales que no temen a ser ellos mismos ante las adversidades que les infiere  la vacía e indiferente conciencia ideológica de los que le rodean (debido  en gran parte a  las tergiversaciones científicas del socialismo que se hacen conciente e inconscientemente) y de la misma manera no le tienen miedo a todo tipo de armas ideológicas, políticas y militares con las que les azota el  sistema  capitalista a lo largo y ancho de los hemisferios de un mundo subvertido en si mismo, de un mundo que no es mundo sino inmundo, de un mundo al que se le ha negado de  corazón porque es un mundo al que se le ha negado de razón, de azotes que son propinados a todos aquellos que están dispuestos a criticar despiadadamente todo lo existente teórica y prácticamente  y están dispuestos porque tienen ante sus ojos la  verdad revelada de esta  lógica de explotación y opresión humana que encadena toda aspiración y libertad humana, la misma lógica que es velada a la mayoría de hombres y mujeres en el mundo porque dichas cadenas son revestidas por el capital así como por la clase capitalista (criatura ésta que se genera por la personificación de aquella) con todo tipo de ilusiones jurídicas, políticas y hasta religiosas.

Las energías misteriosas que guarda la historia humana antes de ser reveladas a la razón de los hombres es revelada a la realidad de los hombres, por eso es que las sociedades humanas antes de engendrar a los revolucionarios que a su vez las harán revolucionar tienen  que esperar pacientemente que al interior de sus propios senos terminen de desarrollarse ciertas fuerzas o energías productivas hasta el punto en las que ya no puedan ser contenidas por dichas sociedades, solo entonces podrán ser oídas en todos los rincones del mundo las trompetas de la revolución que estremecerán los cielos y la tierra…

No se si es esta fría y distante sociedad  enmudecida la que me contiene o si soy yo la que la contiene a ella, como no se si este pensar filosófico es el recuerdo de aquel  atardecer que me mostraba  en su lejanía a aquel añorado ocaso rojo  o si este pensar filosófico no es sino el reflejo en mi mente de este bello amanecer de madrugada que se hace ya presente con un iluminante crepúsculo rojo comunista.


Alexandro

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