"Trabajadores del mundo, unanse, no tienen nada que perder excepto sus cadenas" ...Marx

26/8/11

CASO FUJIMORI, LA IZQUIERDA CON LA YUCA ADENTRO


 La izquierda peruana viene siguiendo por detrás toda la coreografía política-jurídica-publicitaria que se ha montado en torno al Caso Fujimori. Se felicita al poder judicial, se alaba la sentencia, se  loa a los defensores de los derechos humanos, en fin, la izquierda peruana se ha sentado gustosamente sobre esta gran  yuca y ha levantado la bandera de los derechos humanos para vender una vez más la memoria  trabajadora.
La palabra yuca, tradicional en las expresiones peruanas, se presta mejor  para representar este acto último de juzgamiento  a Fujimori, cual ciudadano común y corriente es sentado  frente a un tribunal y sometido a un proceso penal y condenado a prisión, todo un espectáculo mítico, pues con este cuento  se quiere personalizar hechos que no tienen nada que ver con los derechos humanos o el derecho penal, más si con la realidad social y la lucha de clases.
La burguesía tiene como favorito el  método político de  falsificar los hechos históricos, y para ello cuenta con una prensa amarilla,  ONGs, Poder Judicial, tribunales internacionales, y también con la  conciencia alienada de la clase trabajadora. Ante toda esta farsa la única defensa es la teoría revolucionaria y la memoria histórica.
Pasemos pues a pelar cada una de estas yucas, y desentrañar su real contenido usando el lente del materialismo histórico o ciencia social.
1.- La yuca del “nunca más”
Al día siguiente de la sentencia de Fujimori, la prensa peruana llenó sus portadas con el tema, se veía desde un chino como Jesucristo crucificado, al lado de sus secuaces Hermosa y Montesinos, y titulares como: “a defender las sentencia”, “25 años al asesino”, “por fin se hizo justicia”, etc.
Uno de los diarios  que con más frenesí dedicó una edición especial a la sentencia, con un resumen de los hechos probados fue el diario La República, con un especial, donde lo que  más llamo mi atención fue la frase que salía a relucir en el encabezado de cada página, era el tan famoso “NUNCA MAS”.
Esta celebre frase de “nunca más” es recogida también por la Coordinadora Política Social (CPS) al señalar que “Las lecciones no pueden ser más contundentes. No más abusos desde el poder, no más violaciones de los derechos humanos
Pues debemos decir a la izquierda pequeño burgués de patria Roja, Nacionalistas y burócratas sindicales, que nuevamente se han sentado sobre la gran yuca del engaño montado por el estado y su prensa amarilla, ya que si nos  remontamos a los orígenes de esta frase veremos que solo ha servido para confundir:
Concluida la segunda guerra mundial, que provocó más de treinta millones de muertos, se preparó en Nüremberg un embrollo parecido al montado ahora por la justicia peruana en el caso  Fujimori, se sentó en el banquillo de los acusados a varios secuaces de Hitler2.
Cuando aquél tribunal dictó la pena de cárcel para los cabecillas fascistas supervivientes, sus víctimas lloraron también de alegría en la creencia de que jamás volverían a repetirse semejantes crímenes contra la humanidad.
La fe en que el mundo acababa de ser vacunado contra toda barbarie futura, sintetizó en la expresión "nunca más", oportunamente acuñada por los medios de comunicación de la época.
No pasaron unas décadas de aquellas muestras de fraternidad universal y nuevamente aparecieron otros “malvados” como los  Pinochet, Videla, Noriega, Idi Amin. Pietr Botha o Mobutu, y en nuestro país  Fujimori. Todos ellos se pasaron toda esa tontería histórica de Nüremberg incautos por la entrepierna.
2.- La yuca de la responsabilidad penal individual.
Esta claro que los miembros del Grupo Colina comandados por Santiago Martín Rivas, sí cometieron una serie de actos de represión, tenemos: La Cantuta, Barrios Altos, los secuestros en el sótano del SIE, etc; en el Derecho Penal estos actos de represión, por los que una clase social ejerce su voluntad por la fuerza, graciosamente se los llaman delitos3, así tenemos: asesinatos, las masacres, las desapariciones forzadas, las ejecuciones arbitrarias, la tortura y los tratos crueles, inhumanos o degradantes, la violación sexual, la violación del debido proceso, secuestro, etc.
Pero,  si nos ubicamos en el contexto de los años 1987-1993, los años de la violencia, nos damos cuenta que estos actos de represión estaban dirigidos contra militantes de grupos izquierdistas, antiimperialistas, activistas sindicales, grupos subversivos, etc. Es decir tenían como objetivo liquidar toda resistencia a la política económica  implementada por el Estado.
No hablamos de uno o dos actos aislados, si no de un actividad general y sistematizada de represión llevada a  cabo por funcionarios, servidores del estado burgués; un plan que, a decir de muchos reportajes periodísticos, se habría planificado todavía en el año 1989, con  el llamado “Plan Verde” gestado en las cúpulas militares del Ejército Peruano, que planeaba un Golpe de Estado, pero que se fue postergando.
Por otro lado esta masacre se llevo a cabo en circunstancias de un profundo retroceso ideológico y político de la clase trabajadora, hablamos de la caída del muro de Berlín, la disolución de la URSS, con la consiguiente pérdida de influencia de los partidos de izquierda, quienes vergonzosamente se habían sumado al desorden y la corrupción campante4. Ante una clase confundida ideológicamente y dispersa, solo quedaba liquidar algunos focos de resistencia, y así se hizo, por ejemplo tenemos a continuación  algunas muestras de la lucha de clases llevada por el Estado peruano al campo militar policial:
1 El asesinato de Saúl Cantoral (1989)
2 El asesinato de Pedro Huillca Tecse5 (1992)
3 La desaparición de campesinos del Santa (1992)
4 La desaparición de Pedro Yauri (1992)
5 Las ejecuciones extrajudiciales de universitarios de La Cantuta (1992)  de la universidad del Centro (1993).
Mientras que la burguesía a nivel internacional implementaba su programa neoliberal para su expansión capitalista, la economía peruana se sumergía en la crisis .
Como desenlace de esta situación política, aquel momento ningún sector de la burguesía peruana fue capaz de prevalecer sobre los demás y así mantener en equilibrio las relaciones de dominio (de la clase dominante sobre el conjunto de las clases subalternas). Entonces, la burguesía en bloque decidió ceder el gobierno a la reserva de poder de última instancia: el Ejército Peruano.
Fue un episodio más de la lucha de clases entre burgueses y proletarios, que se dio a nivel internacional, para el ingreso del capital transnacional a los sectores de la economía pública, con nuevas condiciones de explotación asalariada. Por un lado los trabajadores luchando para mantener sus conquistas ganadas en décadas anteriores, y por el otro el Estado para implementar el programa neoliberal. Por ello creemos que no se puede metamorfosear los sucesos de la lucha de clases mediante abstracciones jurídicas y morales, que inducen a la desideologización y olvido histórico selectivo de los hechos y sus actores.
He aquí otra de las yucas sobre las que se ha sentado la izquierda peruana, al hacer pasar su defensa de los DD.HH. por la justicia burguesa, que sólo penaliza conductas individuales, haciendo creer que metiendo en la cárcel a personajes como Fujimori o Montesinos se cancela para siempre toda recurrencia histórica en en genocidios como el  peruano, y están muy equivocados, pues Fujimori fue el ejecutor de lo que era necesario a los fines de acumulación capitalista.

Por otro lado, encumbrando la idea de los Derechos Humanos. y la confianza en la justicia burguesa6, los izquierdosos peruanos quedan a merced del subjetivismo histórico, donde las marchas y contramarchas de la historia se entienden como producto de conductas individuales relevantes calificadas de buenas o malas, según las circunstancias políticas y las conveniencias de clase o fracciones de clase, circunstancias y conveniencias.
Las masacres que se efectuaron no fueron producto de la voluntad de Fujimori  y su entorno político, sino de las leyes objetivas que determinan el movimiento social bajo el capitalismo; es igualmente falso imputar los genocidios de Argentina, Chile o Irak, a individuos como Pinochet, Videla o Sadam. En todos los casos, estos sujetos no han sido ni son más que instrumentos ocasionales en la etapa actual de la historia humana, motorizada por la enorme masa de capital acumulado sobrante que presiona por encontrar aplicación lucrativa dentro del sistema.
Se trata de fuerzas económicas tan incomprensibles para la práctica de los explotados y de la inmensa mayoría de intelectuales con formación universitaria, como en tiempos remotos ocurría con las fuerzas de la naturaleza; de ahí la necesidad -entonces como ahora- de personalizarlas, convirtiendo la historia en mitología, en cuento.
Pero cabe aclarar que si tuvieron mucha responsabilidad aquellos partidos que tenían relativa influencia en la población, por que no supieron responder a esta lucha, pues la izquierda unida había apoyado a Fujimori en la segunda vuelta7, el llamado mal menor contra Vargas Llosa,  inclusive cogobernando, con Helfer ministra de educación.
3.- La yuca de los “dictadores malos”:
Mientras Fujimori liquidó la amenaza de Sendero Luminoso, fue bueno. Mientras Fujimori implementó el neoliberalismo y persiguió todo atisbo de resistencia proletaria fue bueno. Pero, como si fuera  una mercancía, un bien descartable, Fujimori  pasó de ser un ejemplar y eficiente salvaguarda del sistema burgués en su momento (Democracia, capitalismo), a ser un “malo”8.
¿Como sucedió esto? Pues a medida que Fujimori se sostenía en el poder creó las condiciones para el relanzamiento de la acumulación de capital, la economía se estabilizó y comenzó el crecimiento del PBI, entonces, la dictadura fujimorista aún era necesaria, aunque esta ya empezaba a costarle caro a la burguesía.
De los más de 9 mil millones de soles, por concepto de privatizaciones, se esfumaron en las manos de los burócratas fujimoristas un promedio de 6 mil millones; es más, Fujimori empezó a cobrar cupos a los grupos narcotraficantes a cambio de darles seguridad, las instancias estatales pasaron a  ser lugares donde el interés personal mandaba sobre los intereses generales de la burguesía, la borrachera y el lucro privado duró mientras era necesario a los objetivos de la lucha de clases.
El “Estado” fujimorista llegó a un grado tal de autonomía por encima de la lucha de clases y de la misión encomendada por la burguesía, que muchos fujimoristas terminaron siendo accionistas importantes de las empresas privatizadas, incluso llegaron a comercias con armas, al vender a las FARC más de 10 000 fusiles AKM.
Fue precisamente desde  Asia, el continente de origen de Fujimori, que llegaron los heraldos que anunciaban el fin de la época fujimorista, la crisis asiática de 1998, el viejo topo, de las leyes de acumulación,  elevó la combatividad de la clase trabajadora, con grandes movilizaciones, solo que en manos de los izquierdosos y la oposición burguesa de Fujimori se canalizó bajo la consigna de “ABAJO LA DICTADURA”. Este alza en la lucha de clases terminó en el año 2001 con los Vladivideos y la fuga de Fujimori a Japón.
4.-  Ciclo de acumulación y masacres de la clase trabajadora:
La vigencia es la eficacia real de la aplicación de un derecho, esto quiere decir que se cumple en la realidad con sus fines propuestos en sí y por sí mismos. Pero si su cumplimiento en la realidad depende de otro, entonces una ley o proposición jurídica no es vigente, si no, que esta sometida a las leyes del movimiento económico de la sociedad, que en el capitalismo son los movimientos del ciclo de acumulación.
Los derechos humanos sólo podrán tener una vigencia real cuando su cumplimiento no entorpezca las leyes de acumulación capitalista. Es decir, políticamente y jurídicamente hablando, los burgueses (y sus empleados estatales) sólo están dispuestos a respetar los derechos humanos de sus trabajadores siempre y cuando esto no entorpezca la acumulación de valor.
Lenín decía, la estadística es la ciencia de la revolución, siguiendo ese expresar  es necesario mostrar la relación casi mecánica que guardan entre si  el ciclo de acumulación y las llamadas violaciones de los derechos humanos, que nos son otra cosa que masacres recurrentes contra la clase trabajadora.  Así tenemos estas coincidencias estadísticas:
En estos gráficos se puede demostrar la relación estrecha entre los ciclos de acumulación y el número de violaciones de derechos humanos. El cuadro 1 es publicado en el Informe de la Comisión Nacional de  Derechos Humanos en el caso de Madre Mía9. Para graficar el número de casos de Desapariciones y Ejecuciones extrajudiciales de acuerdo al año en que se denunciaron. Ha sido puesto encima del otro  para evidenciar la relaciones entre los ciclos de acumulación y los casos de violaciones cometidos. El cuadro Nro 2 nos muestra un extracto del Grafico Nro. 4 de un trabajo oficial10 publicado por el INEI acerca comportamiento del PBI en el Perú
Podemos afinar nuestra observación y afirmar  lo siguiente: Que para cada nuevo relanzamiento de la acumulación capitalista se cambian las condiciones de explotación de la clase trabajadora, con la consiguiente resistencia de estos, ante lo cual se lleva a cabo la masacre de trabajadores. Claro existen otras vías, como por ejemplo el recurso de la guerra, pero  implica una perdida maoyr de vidas humanas y de recursos.
 Acá se evidencian realmente cuales son las fuerzas sociales y económicas que actúan por debajo de los actos políticos de las clases en pugna, y los individuos que las dirigen.
5.- Naturaleza de los derechos humanos: Los derechos humanos tienen un origen y naturaleza netamente burgueses11, y sus fundamentos y razón de ser se encuentran en que el derecho a la vida, la libertad y la seguridad, no son otra cosa que el fundamento jurídico filosófico del modo de producción capitalista basado en el  concepto de persona12.
Así tenemos que el proletario constituido en persona, puede hacer libremente con su cuerpo lo que le venga en gana, solo así y no de otro modo, un proletario puede vender “libremente” su fuerza de trabajo a cambio de un salario, en un ámbito de igualdad y ejerciendo su libertad, solo que si no lo hace se muere de hambre. Al final de cuentas las abstractas elucubraciones de sabios burgueses sobre la  igualdad, libertad y seguridad, terminaron por ser en la realidad, la libertad para explotar, vender, y asegurar así el propio patrimonio y las ganancias fruto de la inversión.
Este y no otro es el fundamento de los derechos humanos, que hoy en día la izquierda defiende, a cambio de “olvidar” los episodios de la lucha de clases, y así ganarse un espacio en el sol político de la democracia burguesa.

Informe  “contexto de violencia y sucesos de base militar de “Madre mía” (1992)(el caso del ex capitán EP Ollanta Humala Tasso) (Fuente Original:Informe de la CVR Tomo IV. Cuadro 20. p. 355)


Econ. Félix Murillo Alfaro"Los Ciclos Económicos en el Perú”: 1950-1995", Jefe Instituto Nacional de Estadística e Informática.

Nos referimos a la más radical de las constituciones burguesas, la de 1793, que inspiró la Declaración Universal de los DD.HH. de 1948. Allí se dice que los llamados derechos humanos son los derechos de la persona en tanto individuo:les droits de l’homme. Tal como aparecen literalmente consagrados en el artículo 2 de la mencionada Constitucion de 1793, “Ces droits, etc. (les droits naturels et imprescriptibles) sont: l’égalité, la liberté, la sûreté, la proprieté ».


“Aquello, la libertad personal y esto, su aplicación, forman el fundamento sobre el que descansa la sociedad burguesa” (Marx: “La cuestión judía”)

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