La posibilidad de un conflicto armado entre países de la región, parece hacerse realidad con el crecimiento de la compra de armas en todos los países. Los gobernantes de los países de Sudamérica, parecen olvidarse de la pobreza y miseria en que viven sus pueblos, para enfrascarse en mutuas acusaciones de amenazas de ataques; y, comprar aviones, tanques, misiles, armas de todo tipo para eliminar a su supuesto enemigo vecino, para luego sacrificar a los soldados de origen proletario o campesino con su sangre y su vida para defender sus intereses mezquinos del capital.
Estos hechos demuestran una vez más, de la crisis en que se encuentra esta sociedad, que la guerra que se avecina son el producto más genuino e "inevitable" del capitalismo en fase terminal, que de esto no se escapan ni los supuestos “movimientos al socialismo” de Bolivia, Venezuela, Ecuador y otros.
Dado que los asalariados somos la "carne de cañón" en todas las guerras, y que sin nuestra voluntad política entusiasta, o resignada, no hay posibilidad de iniciar guerra alguna, debemos pensar cuál debe ser la actitud consecuente de un trabajador proletario consiente, de un socialista para alcanzar la paz sin condiciones.
Para esto, debemos ser consientes que la negativa a prestar servicio militar, las manifestaciones contra la guerra, etc., son errores, son ilusiones pobres y medrosas, es aceptar que pacíficamente luchar sin armas, permitirá cambiar las cosas. En esta situación, será un deber de todo socialista la propaganda de la lucha de clases entre los servidores de las fuerzas armadas y policiales, que también son trabajadores; la labor dirigida a transformar la guerra entre los países en guerra civil para derrocar aquellos que nos llevaron a esta matanza infructuosa e instaurar un gobierno socialista de los trabajadores. Entonces, solo entonces la victoria será nuestra para alcanzar una paz duradera
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